Cita de Hoy

"El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones" Winston Churchill


"Lo que hemos hecho por nosotros mismos solamente se muere con nosotros; lo que hemos hecho por otros y el mundo permanece y es inmortal". Albert Pike

martes, 30 de agosto de 2011

El Espiritu del Legislador



"Cumpla cada mexicano con su deber y la patria estará salvada"

Dr. Belisario Domínguez Palencia

"No subas a la tribuna sin una causa justa que defender, no bajes de ella, sin la certidumbre de la dignidad cumplida"

José Muñoz Cota Ibañez


Ahora que estamos ya acercándonos a tiempos de efervescencia electoral y electorera, siempre es sano hacer consideraciones de en dónde nos encontramos y hacia dónde vamos, y es que tomando en cuenta que hemos adoptado el modelo democrático como forma ideal de gobierno, luego entonces sobre viene que estamos adoptando los aspectos que conforman a este tipo de gobierno.

En su significado moderno, la democracia es el gobierno del pueblo, es decir un sistema de gobierno donde la Titularidad del Poder reside en la Totalidad de sus miembros[1], derivado del crecimiento de los estados, en cuanto a su nivel poblacional, de la democracia clásica directa se paso a la democracia indirecta o representativa, en la cual los ciudadanos, eligen a través del voto “libre y secreto”, a la persona que representará sus intereses en el gobierno en dos de los tres poderes, el ejecutivo y el legislativo.

Centrándonos en el Legislativo, ya que en él reside el verdadero espíritu de la democracia representativa, pues son los legisladores los representantes directos del pueblo, cada voto ejercido delega el poder de representación de cada ciudadano en la persona del legislador, es en otras palabras la firma de una carta poder entregada al candidato para que en nombre de la colectividad a la que representa, vele por sus intereses.

Sin embargo, en el caso mexicano, el legislador, de cualquiera de los dos niveles de gobierno, simplemente no es, en la práctica, un representante popular en todo el significado del término de su acepción democrática, ya que en realidad representan a dos clases de intereses, por un lado el interés personal y por el otro el interés de Partido, y esto se da por un fenómeno interesante, y es que el Diputado o Senador cree, que le deben el puesto al Partido que lo postuló y no a la población que le delego el poder representativo que ostenta, es decir, muerde la mano que le da de comer.

Y esta característica de la democracia representativa a la mexicana deriva de la necesidad o creencia de “pagar el favor político” de que lo hayan puesto como candidato, olvidándose por completo del Compromiso Político con la ciudadanía, que inocentemente voto por él, y digo inocentemente porque creemos que nos representaran a nosotros.

Y este hecho es innegable desde su práctica, ya que a los diputados y senadores se les llama por el partido al que “representan”, así tenemos a Juan de los Palotes, representante del PRI, a Fulanita de Tal, representante del PAN, etc., y la pregunta es ¿Dónde está el Diputado por Chiapas, por Oaxaca, por Guerrero?, pues el voto popular para su elección emano de estos lugares y no del ceno de su Partido, o es acaso que Todos los mexicanos estamos afiliados a un partido.

Alguien podría decir, Bueno es que tienen que defender su corriente política, y esto sería correcto, siempre y cuando los legisladores defendieran ideales partidistas, pero en la práctica muy pocos de ellos pasarían un examen acerca de los estatutos de su propio partido y mucho menos un examen de las funciones legislativas que pretenden realizar.

Nunca he visto, y eso que veo el canal del congreso aún a costa de que no se saben las consecuencias para la salud física y mental de la sobre exposición a este tipo de canales, por ejemplo a los diputados del sur sureste, haciendo un bloque para defender los intereses de esta región, al igual que lo podrían hacer los del norte, o el centro, no en un afán de dividir sino de ser consientes de las diferentes realidades que se viven en México, nunca he visto u oído defender la necesidad de adaptar el salario mínimo a la realidad de las entidades con mayor índice de pobreza, o que se emitan iniciativas para incrementar la creación de empresas, o subsidios acordes a cada región que incrementen su capacidad productiva según sus potencialidades, o que se establezcan programas educativos focalizados, o que los legisladores hagan observaciones a la ley de egresos para las entidades federativas a las que representan para que se realicen los ajustes para su aplicación en rubros característicos de cada entidad.

No, aquí los legisladores trabajan pues, en función de sus intereses partidistas aún a costa del mandato popular, llegan al congreso local o de la unión e inmediatamente transforman ese poder otorgado por el ciudadano para obtener beneficios propios, para degustar de sus jugosas dietas y privilegios, de esos de los que a todo candidato le gusta decir que van a terminar, pero son los primeros en gozarlos.

Pero claro está la culpa no es del legislador sino del que voto por él, y esto es claro, votar por el menos malo ya no es garantía, nunca lo fue, es deber ciudadano razonar el voto y emitirlo una vez que hemos hecho una revisión a fondo de las alternativas, pues le estamos dando un poder para que trabaje en nuestro nombre y ese privilegio no se lo podemos dar a cualquiera, ya que además de este poder todavía le vamos a pagar de nuestra bolsa y no es posible que le paguemos al jardinero para que pode el pasto del de enfrente.

Pero también el legislador tiene su gran parte de culpa, que dijiste legislador, ya le echamos la culpa nomás al pueblo, y esta culpa radica en su falta de ideales políticos y de responsabilidad histórica, pues al ser elegidos por el ciudadano están adquiriendo una responsabilidad pero a la vez una oportunidad, la oportunidad de pasar a la historia, la oportunidad de servir, la oportunidad de realizar su ideales por un país y una sociedad mejor, pero en lugar de aprovechar esta oportunidad que les permitiría escribir su nombre con letras de oro en el libro la historia, se duermen, literalmente en sus curules, únicamente esperando las próximas elecciones para saltar al siguiente escaño.

Como ciudadanos, debemos pues exigir una mayor calidad en los candidatos, que cuenten con los conocimientos mínimos necesarios para acceder a un cargo, pero además exigirle que represente los verdaderos intereses de las personas que lo eligieron, hacer evaluaciones al final de los cargo y aquellos que no sirvieron no vuelvan a ser incluidos como alternativa en

elecciones, hay que razonar el voto, pues un voto sin razón es como firmar un papel en blanco.


[1] [1] Esto es el significado moderno ya que hay que recordar que en la Atenas antigua la democracia incluía únicamente a los ciudadanos, considerados como hombres libres capaces de dedicarse a la Cosa Pública, por tanto no incluía a esclavos, o hombres en estado de servidumbre.

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